El pasado Sábado 21 del corriente aproximadamente a la hora 21 se dió un hecho más que llamativo en el hospital local donde de manera inesperada y sorpresiva un grupo conformado por mecánicos, cerrajeros y vecinos del medio se transformaron en "cirujanos" por el lapso de un par de horas.
Sucedió que pasadas las nueve de la noche ingresó por la guardia Luján Escudero, una nena de tan solo 7 años de edad que acompañada por sus familiares presentaba en uno de sus dedos una tuerca que se había introducido cuando la menor estaba jugando con la misma y se la colocó a manera de anillo, no pudiendo posteriormente extraerla dado que las falanges se hincharon producto de la presión que el elemento realizaba en el dedo y viendo que los esfuerzos en el domicilio eran inútiles para extraerla se decide transportarla al nosocomio para su atención.
En ese momento en la guardia se encontraba el Dr. Roberto Yaryura quién con la colaboración del personal de enfermería trataron también de manera infructuosa sacar la tuerca del lugar donde se encontraba apremiados porque el dedito ya estaba demostrando indicios de falta de circulación de sangre. Por el relato del propio facultativo se puede decir que se trató con métodos que van desde la colocación de hielo en la zona hasta vaselina para que corriera el metal pero nada de esto resultó positivo.
Viendo que los minutos transcurrían y no contando con más alternativas dentro del campo médico es que se decidió solicitar la colaboración a Carlos Milán, quién es un conocido mecánico de nuestro medio para que tratar de extraer a través de un método no convencional la tuerca. Milán fué acompañado en el operativo por Omar Fernández, cerrajero, y Miguel Argañaraz quienes oficiaron de "instrumentistas" dentro del quirófano donde se realizó durante más de dos una "operación" con una amoladora pequeña para no lastimar en ningún momento a la pequeña.
Durante todo este lapso de tiempo se fueron realizando cortes pequeños para que el metal no tome demasiada temperatura, siendo la niña anestesiada por la Dra. Ana Valles para que no sienta el dolor provocado por los trabajos realizados ya que le tenían que colocar agua con hielo en la zona por el calor que generaba la herramienta utilizada.
Según las palabras del doctor Yaryura fué un "trabajo artesanal" con una precisión asombrosa dado que la menor en ningún momento sufrió algún tipo de corte en su piel ni mucho menos, y la "cirugía" culminó con aplausos, abrazos y con un "Carlitos" Milán llorando de alegría por la satisfacción de la tarea cumplida.
Un hecho que habla a las claras de la solidaridad de los vecinos de nuestro medio y de la humildad de los facultativos que al verse superados por la situación no titubearon en ningún momento en solicitar ayuda a quienes podían colaborar.
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