Ramiro con sus padres |
Ramiro Menna está convencido de que existe “un mar de coincidencias” entre el “credo” de sus padres en el Partido Revolucionario de los Trabajadores y el suyo, dentro de la izquierda de la Iglesia Católica latinoamericana.
Tenía dos años cuando sus padres, Ana María Lanzillotto y “el Gringo” Domingo Menna, y él fueron secuestrados el 19 de julio de 1976 en Villa Martelli, en la caída de la conducción del PRT. Ana María estaba embarazada. Ramiro –que busca a un hermano o hermana– se hizo cura entre los salesianos. Alguna vez pidió viajar a Africa, porque irse más lejos le permitía estar más cerca de sí mismo.
Dejó la congregación para irse a un lugar un tanto menos lejos, en los Llanos de La Rioja, un territorio legendario de la pastoral del obispo Enrique Angelelli, desde donde integra el Frente Riojano de Organizaciones Populares (FROP).
En una entrevista con Página/12 dijo: “Por mi formación católica, al principio me parecía que por un lado mis papás habían hecho lo que creían por el bien de la gente. Y, por otro, que estaban equivocados. Con el tiempo fui indagando más y formándome políticamente: comprendí mucho mejor lo que significó la lucha del Partido Revolucionario de los Trabajadores en Argentina. Cada vez es más pequeño el margen de crítica que tengo de lo que hicieron mi viejo y mi vieja durante los setenta.”
La historia de Ramiro vincula en el presente dos escenarios. El juicio que acaba de empezar en San Martín, con sus padres entre las víctimas. Y La Rioja de Angelelli, donde también se está haciendo un juicio por la desaparición de dos sacerdotes durante la última dictadura.
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